Cuatro años sin y con mi vieja del alma...
Hola amigos, hermanos, familia, compadres...
quienes tuvieron el privilegio de conocer, departir y dejarse servir por
la Sra Elisa, mi vieja querida; la madre de sus 13 hij@s, tres más
que no parió pero que amó igual, sus yern@s, 46 nietos y 26 bisnietos... cuatro
años no nos acostumbramos a su partida.
Hoy tan lejos pero cerca de su mano que siempre
daba, como aquella tarde del 19 de julio de 2008 - 3:49 p.m., muchos petalos de
su jardín estan marchitos, desde que sus lumbreras se fueron apagando esperamos
reencontrarnos para seguir tejiendo, tostando café y cacao, sirviendo comida
que multiplicaba como Jesús, pero sobre todo para tener la certeza de encontrar
en Atánquez la casa de todos sin tranca y tus brazos abiertos para
protegernos. Hoy tus sabias y profeticas palabras se hacen realidad "todo
cambia menos Cristo".
Mientras mis lagrimas se confunden con la llovizna fria de la capital de Colombia, y la impotencia no poder regar tu jardín final, escribo a la par de las mismas voces alzadas en bastones de mando por el despojo territorial, que se denunciaban como hoy en el entonces Tribunal Internacional Permanente de Los Pueblos - apitulo indígena - que se desarrollaba contra todos los pronosticos en Atánquez - territorio Kankuamo - todos estos pensamientos los redescribo puntada a puntada en una mochila de lana a la par del ramo que mi madre me enseñara para seguir el camino, ese legado se los transmito a mi hija Eliza Alejandra a sus casi 14 años; ella hará lo propio con los suyos, seguridad que las huellas de mi vieja no se borrarán a pesar de las trancas.
Mientras mis lagrimas se confunden con la llovizna fria de la capital de Colombia, y la impotencia no poder regar tu jardín final, escribo a la par de las mismas voces alzadas en bastones de mando por el despojo territorial, que se denunciaban como hoy en el entonces Tribunal Internacional Permanente de Los Pueblos - apitulo indígena - que se desarrollaba contra todos los pronosticos en Atánquez - territorio Kankuamo - todos estos pensamientos los redescribo puntada a puntada en una mochila de lana a la par del ramo que mi madre me enseñara para seguir el camino, ese legado se los transmito a mi hija Eliza Alejandra a sus casi 14 años; ella hará lo propio con los suyos, seguridad que las huellas de mi vieja no se borrarán a pesar de las trancas.
Comparto dos fotografías, la primera con
su mirada siempre al cielo, intercediendo por sus seres queridos,
incluso como Dios manda por quienes nos hacen daño; su don de
servicio y oración permanente por todos, ejemplo a seguir. La segunda,
está compartiendo con su hermano de sangre - del alma, Silvestre Martinez
Acosta ´tio Kiko´; al año y y cuatro meses, el 19 de noviembre, se fue detras
de ella, como nos gustaría tener certeza que siguen conversando en su más
allá, porque ellos más que hermanos fueron amigos amados; lo mismo que con sus
hijos que cortaron en plena primavera: Finees David y Enrique Laine.
No dejaremos que tus huellas se borren, en cada
nieto y bisnieto resembraremos tu don de gente, de servicio, de intersección
celestial, tu entrega total para con los tuyos y los amigos de los tuyos.
No permitamos que las ramas de la distancia nos invadan y nos atrape el
olvido; con su compradre y cuñao Rafael Ramón estaran tomando café con
jengibre, mientras hierve la borra para los que llegaremos pronto.
Madre de mi alma, como te extrañamos, hacemos esfuerzo por asegurar que los nuestros tambien nos hechen de menos cuando nos reencontremos, es la esperanza de los redimidos por la Sangre del Cordero. tuyos por siempre, tu surraspa Silsa Matilde, mi complemento Richard Julio, tu nieta hija que no vez crecer en todo Eliza Alejandra y mi vejé David Ricardo, y todos tus nietos, hijos, sobrinos, hermanas, amigos y los tuyos de la Iglesia EmaÚs de tu amada Atánquez.
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